domingo, 15 de noviembre de 2009

cuando las tardes acaban cada vez más pronto...


Aquella vez, en la oscuridad de la habitación, fué como si lo desconocido se rebelara como la promesa del
futuro.A partir de ahí, el esfuerzo por recordar, inutil.

La piel cálida que roza el deseo, la sábana clara anudada a la desnudez, el alma todavía oculta a la mirada...aún mía.

Cuando el beso estalla incontenible, insatisfecho,fálto en si mismo, sientes que las barreras no sirven para detener el instinto, que es necesario librarte de la segunda piel que te oprime.

No dices nada...conoces o reconoces el sabor de las olas que te acarician, saboreas la esencia salobre y dulce...te rompes por dentro, deseas que te llene por completo.

Después de navegar por las aguas libres y llegar al destino final, no sabes si la calma, la luz y la vida misma, hará que todo sea mágia...si el tiempo palidecerá las formas hasta hacerlas grises, gastadas al fín...es eso lo que suele suceder sin darse cuenta, como una venganza hacia quien se atreve a alcanzar la címa, como si la felicidad perpetua no fuese el estado natural de los mortales.

Es como ver el verde paisaje inusualmente limpio y hermoso, el privilegio de la naturaleza en el albor de la primavera,y saber,-temer-que esa belleza menguará...que el viento, las lluvias y la contaminación, podría devastar lo que tan puro ha creado la mano de los dioses.

...Haré que las flores no se marchiten cuando llegue el ocaso...cuidaré todos los rincones olvidados de la luz, y llenaré de aromas los momentos vacíos. No querré que nada pisoteé la tierra fértil ni que las plantas crezcan regadas por el llanto. No tendré que pedir jamás perdón;perdonaré que el sol se esconda de repente, porque yo sé que tras las nubes veré luego, nuestro amor latiendo.

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