Vagamente rememoro
aquellos días de otoño
cuando volvió tu mirada
a la orilla de esta playa,
y tu voz
que no olvidaba,
me habló de amor y deseo
me despojó de la nada
y dio a mi corazón alas.
Vagamente fantaseo
con que el tiempo se detuvo,
con el sabor de aquel vino
del que bebí hasta embriagarme
y hoy, que no encuentro
el olvido,
para qué voy a engañarme...
tampoco sueño ni vivo.