domingo, 16 de enero de 2011

SOLO UNA VIDA

Solo una vida para darte

y el tiempo escapa

y vuelvo a tener miedo.

Los ojos ajenos ya no tienen el poder

de acallar la voz

ni las sonrisas torcidas

ni el sonido de la nada

aterroriza mi interior.

Pero sin ti, ¿qué soy?

Vuelvo a la orilla, navego

y el temor es quien me guía...

Ahí estas tu 

cobijo de mil días

de un millón de noches frías.

Pero al despertar

si no encuentro tu aroma en la almohada,

vuelvo a estar sola, bajo el cielo

sin morada...

Y es que tu amor es refugio

y a la vez,

cárcel del alma.