a Sara

Se fué una mañana sin volver la vista atrás.
No supo que estaba cansada, nadie vió sus ojos negros sin brillo aquellas tardes de junio, ni sus pasos alegres más lentos que antaño...
Nadie vió que se iba, solo su ausencia, su silencio como un grito...¿dónde anda?, ya no volverá,dice la vida.¿desde dónde espera la voz de su dueño?.
Retendré un instante el recuerdo en el tiempo,
 este pensamiento pequeño haré eterno.

El corazón nos lleva,

tal vez de la mano y, sin darnos cuenta,

aunque no le oigamos,

aunque el rumor de las voces nos oculte su amparo.

Él hace que estalle en el pecho un milagro,

que adoremos aún aquello que nos hace daño.

El corazón sabe tanto,

que escribe cada frase que estamos negando

y entierra entre sus capas

mil secretos guardados

Deseo que se enreda entre las hebras del vestido,
que quema la piel con su fuego,
que hace daño en las entrañas si se marcha...
Deseo que entre las sombras, como chispas renaciendo
se agarra,se aferra al cuerpo...
Deseo en manos extrañas,
desahogo en la piel y huerfana el alma...como flores de invierno
que embellecen la escarcha.