lunes, 2 de agosto de 2010



Hace mucho, cuando el mar tenia ese aroma único que el viento de septiembre se llevaba lejos y todavía la soledad aparecía en algún rincón de esta playa, creo recordar una música tenue que jamás volví a oír...
La noche oscura, la arena fría y el rumor del agua, las luces a lo lejos, la calidez del agua...y tocar la felicidad agarrada de tu mano, mientras las horas volaban y nos llevaban inefables hacia el final del sueño al que nos agarramos, sin querer dejar ir tanta belleza, sin saber que los momentos son libres y escapan...y que no van a volver, que solo vuelve un  recuerdo,
 siempre, una y otra vez.

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